Hace algunas semanas la Superintendencia de Seguridad Social (SUSESO) publicó las estadísticas oficiales del 2021. Es así como durante el año pasado la tasa de accidentabilidad en la construcción fue de un 3,8%, cifra que representa un aumento del 18% respecto del 2020.
Más lamentable aún resulta saber que en nuestro país fallecieron 199 trabajadores durante el 2021. En el sector construcción, la tasa de mortalidad por accidentes del trabajo en construcción fue de 5,9, lo que representa un aumento del 29% respecto del 2020.
En conclusión, durante el 2021, la construcción registró un aumento en las tasas de accidentablidad y mortalidad, respecto del 2020, siendo mayor el aumento de los accidentes fatales, en relación a los accidentes leves.
Esta situación nos obliga a reforzar la búsqueda de medidas efectivas para prevenir sobretodo accidentes graves o fatales. Sabemos que en el largo plazo la construcción ha logrado avances importantes en esta materia, pero el 2021 hubo un retroceso que debemos revertir.
El mes anterior revisamos como antes de un accidente aparecían “señales débiles” de que algo podía pasar, que lamentablemente muchas veces no son escuchadas sino hasta que desencadenan en un accidente.
La gestión de incidentes en la construcción, justamente trata de reconocer estas señales, y tomar medidas oportunas para evitar accidentes asociados al problema detectado.
¿Cuantos incidentes se reportan en sus obras?, ¿Qué se hace con esta información?.
Si no tenemos incidentes que reportar, ¿es señal de una buena noticia o una mala noticia?. En un contexto ideal, si no hay incidentes reportados puede ser que no tengamos situaciones de riesgo. En un contexto realista, la falta de reportes, puede ser señal de que los trabajadores no saben que reportar, o no saben si es bueno reportar, o cómo hacerlo.
La gestión de incidentes es una característica de las organizaciones más seguras. Autores como James Reason, plantean que para avanzar en la Cultura de Seguridad se requiere de una cultura del reporte, con un clima organizacional en el que las personas tienen el hábito de informar los errores y desviaciones.
Para lo anterior se requiere alcanzar un clima de confianza, y desarrollar una cultura de aprendizaje, con la voluntad de buscar oportunidades de mejora en el análisis de los incidentes, así como de realizar los cambios necesarios para evitar repeticiones.
Cada día son más los desafíos a tener presentes para desarrollar con éxito un proyecto de construcción. Cada día también, tenemos nuevas herramientas que nos permiten detectar y gestionar incidentes de manera oportuna y eficiente.
Junto con los cambios culturales que se requieren, podemos incorporar diversas tecnologías que nos permitan obtener información de incidentes a través de reportes en línea, que nos avisan en el momento de situaciones que debemos atender. También se facilita el seguimiento, evitando papeles y planillas de cálculo. Por último, podemos procesar grandes volúmenes de información para analizar tendencias y definir mejoras en los procesos.
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